lunes, 15 de diciembre de 2008

La nueva curia del Papa

Ofrecemos la traducción de un artículo del vaticanista del diario La Stampa, Marco Tossati, acerca de los próximos cambios que el Papa Benedicto XVI realizaría en la Curia Romana.


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Desde enero, en la Curia Romana, comienzan grandes cambios. Benedicto XVI, que con pasos circunspectos se encamina hacia su cumpleaños 82, realizará la obra de desmantelamiento de los compañeros de gobierno heredados de Wojtyla, tres años atrás. Ya en los días pasados ha confiado al ex arzobispo de Toledo, Cañizares, el “ministerio” del culto que le es muy querido, para corregir hasta donde se pueda lo que juzga como excesos del post-Concilio. El “pequeño Ratzinger”, como es llamado el cardenal español, ofrece mayores garantías que Francis Arinze, tibio defensor del derecho de los nostálgicos de la antigua Misa. Cañizares será ayudado a tomar las riendas de la situación por el secretario, Malcom Ranjith, que habría deseado convertirse en el “número 1”, pero quizá lo ha dado a entender demasiado.

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Ranjith, sin embargo, ha movido al Presidente de la República de Sri Lanka – sostienen los maliciosos – quien ha escrito al Papa diciendo lo importante que sería el retorno de Ranjith a Colombo para convertirse en arzobispo. Y quizás también cardenal, lo que lo pondría en una pole position en el continente y en Roma, para alguna futura meta. Pero la lista de los posibles pensionados es larga. Uno de ellos es el “ministro de la paz”, el cardenal Renato Raffaele Martino, cuyo tiempo canónico se ha vencido en noviembre del año pasado. ¿Quién lo reemplazará? Como siempre, las decisiones del Papa Ratzinger no son fácilmente previsibles. Se está moviendo mucho para alcanzar ese puesto el Arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, un “progresista” ayudado en la operación por algunos importantes nombres de la diplomacia vaticana. No había mucha simpatía entre él y el Cardenal Ratzinger pero no sería la primera vez que el Papa elige nombres entre personas con las que no tenía afinidad. Y luego está el Cardenal Walter Kasper (cumplió 75 el pasado marzo), el hombre del diálogo con los otros cristianos y con los judíos. Su partida, según algunos, podría ocurrir en los primeros meses de 2009, inmediatamente después de la semana de de oración por la unidad de los cristianos y quizás incluso antes de la elección del nuevo Patriarca de todas las Rusias, el sucesor de Alejo II. El sucesor de Walter Kasper podría ser un nombre excelente, en la nobleza de la Iglesia: el cardenal arzobispo de Viena Christoph Schonborn, gran amigo y discípulo de Joseph Ratzinger. Viena es, desde siempre, un punto privilegiado de encuentro y diálogo con los ortodoxos; no es un misterio para nadie que es precisamente en el frente de las iglesias orientales donde Benedicto XVI espera obtener pasos concretos y notables en el proceso de reunificación de los cristianos.

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Hay, sin embargo, un candidato italiano y es el obispo de Terni, Vincenzo Paglia, “padre espiritual” de San Egidio. Y está luego el problema, y es probablemente el más grande de todos, del “Papa rojo”, el cardenal prefecto de la Congregación de Propaganda Fide. Es el ministerio que se ocupa de la evangelización de los pueblos; es probablemente el dicasterio vaticano más importante, administra el cuarenta por ciento del orbe católico, tiene un balance independiente del de la Santa Sede, propone sus obispos directamente al Papa sin pasar por la Congregación para los Obispos. La guía actualmente un diplomático indio, antiguo arzobispo de Bombay, Ivan Dias. En el cónclave que eligió a Ratzinger, se hablaba de él como un posible y respetable candidato del tercer mundo. Es muy estimado por Benedicto XVI. Lamentablemente, sus condiciones de salud harían precaria, según fuentes fidedignas, su permanencia al frente de una congregación tan importante y central para la vida de la Iglesia. Algunos hablan de su dimisión para enero.

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El 30 de enero cumple setenta y cinco años también otro cardenal importantísimo: Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos. Es raro que al cardenal que termina no se le conceda un período, a veces también suficientemente largo, de prórroga. Sin embargo, están quienes dicen que podría realizar el gesto de poner su renuncia en las manos del Papa en la fecha exacta de vencimiento del mandato. También el “ministro de salud”, el mexicano Javier Lozano Barragán, cumplirá en enero un año de prórroga desde el final de su mandato al cumplir 75 años. Por último, se espera una decisión del Papa para la sustitución del arzobispo de Westminster, el cardenal Cormac Murphy O’Connor. Se habla de obispos de línea conservadora como Vincent Gerard Nichols y el arzobispo de Cardiff, Peter Smith. Tiene menos posibilidades, en cambio, Malcom Mc Mahon, obispo de Nottingham, que hace un tiempo hizo declaraciones sobre el celibato de los sacerdotes, juzgadas imprudentes por Roma. En resumen, un panorama de grandes cambios que el Papa Ratzinger, como es su política, reflexionará semana a semana: no le gustan – ahora ya es claro – las lluvias de nombramientos.

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Fuente: San Pietro e dintorni


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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