martes, 28 de octubre de 2008

Las proposiciones del Sínodo (Parte I)

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sínodo

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El Sínodo de los Obispos es una asamblea de Obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, creado por Pablo VI en 1965. Durante las asambleas sinodales el Papa y los obispos participantes tratan ordinariamente cuestiones relativas a la Iglesia universal, aunque también pueden referirse a las iglesias particulares. Un sínodo es, en términos generales, una asamblea de obispos convocados por el Papa y tiene como tarea ayudar al Romano Pontífice en el gobierno de la Iglesia universal dándole su consejo. Es el Sumo Pontífice quien lo convoca, elige el tema a tratar, designa a sus miembros, preside él mismo la asamblea o designa al Presidente y recibe las proposiciones o sugerencias presentadas por los obispos.

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El Sínodo es un órgano consultivo, aunque el Santo Padre puede otorgarle en algún caso determinado potestad deliberativa. El Papa, luego, tiene la potestad de ratificar o no sus decisiones. El sínodo no puede ser considerado como un órgano representativo del Colegio de Obispos, ni como una asamblea delegada de este Colegio. Tampoco es correcto decir que hace las veces de órgano permanente del Colegio Episcopal entre un Concilio y el siguiente. El código de derecho afirma claramente que el sínodo de los Obispos está sometido directamente a la autoridad del Romano Pontífice. Para conocer más acerca del Sínodo de los Obispos se puede visitar el sitio Ius Canonicum.

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Presentamos a nuestros lectores los pasajes que, según nuestro parecer, constituyen lo esencial de cada una de las proposiciones que el Sínodo sobre “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia” ha elevado a Benedicto XVI. No habiendo por el momento una versión oficial en español, hemos traducido del italiano el texto que aparece en el sitio de la Santa Sede. Debido a la extensión del presente artículo, lo publicaremos en dos partes. Lo que aparece entre comillas es traducción textual del original.

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Proposición 1: Documentos que se presentan al Sumo Pontífice

Luego de referirse a los documentos que se presentan a la consideración del Papa, la proposición manifiesta que “los Padres Sinodales piden humildemente al Santo Padre que valore la oportunidad de ofrecer un documento sobre el misterio de la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia, también a la luz del Año dedicado a San Pablo, Apóstol de los gentiles, en el bimilenario de su nacimiento”.

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Proposición 2: De la Constitución Dogmática Dei Verbum al Sínodo sobre la Palabra de Dios

Los padres sinodales afirman que “a más de cuarenta años de la promulgación de la Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación Dei Verbum, obra del Concilio Ecuménico Vaticano II, reconocen con ánimo grato los grandes beneficios que este documento ha aportado a la vida de la Iglesia, a nivel exegético, teológico, espiritual, pastoral y ecuménico”.


Luego de referirse a los beneficios que la Dei Verbum ha traído a la Iglesia y a la necesidad que la Iglesia siente de profundizar en el misterio de la Palabra de Dios, el Sínodo “formula el deseo de que todos los fieles crezcan en la conciencia del misterio de Cristo, único Salvador y Mediador entre Dios y los hombres (cfr. 1Tim. 2, 5; Heb. 9, 15), y que la Iglesia, renovada por la religiosa escucha de la Palabra de Dios, pueda emprender una nueva etapa misionera anunciando la Buena Nueva a todos los hombres”.

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Primera parte: La Palabra de Dios en la fe de la Iglesia


Proposición 3: Analogía Verbi Dei

Luego de explicar que “la expresión Palabra de Dios es analógica”, la Asamblea Sinodal afirma que “los pastores deben educar al Pueblo de Dios en la compresión de los diversos significados de la expresión”.

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Proposición 4: Dimensión dialógica de la Revelación

Retomando Dei Verbum, esta proposición afirma que “el diálogo, cuando está referido a la Revelación, comporta el primado de la Palabra de Dios dirigida al hombre […] La especificidad del cristianismo se manifiesta en el acontecimiento Jesucristo, culmen de la Revelación, cumplimiento de las promesas de Dios y mediador del encuentro entre Dios y el hombre”. Luego de hablar de la obediencia de la fe, se refiere a María como “arquetipo de la fe de la Iglesia que escucha y acoge la Palabra de Dios”.

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Proposición 5: Espíritu Santo y Palabra de Dios

“El Sínodo recomienda a los pastores recordar a todos los bautizados el rol del Espíritu Santo en la inspiración (cfr. DV 11), en la interpretación y en la comprensión de las Sagradas Escrituras (cfr. DV 12). En consecuencia, todos nosotros, discípulos, estamos invitados a invocar con frecuencia al Espíritu Santo para que Él nos conduzca a un conocimiento siempre más profundo de la Palabra de Dios y al testimonio de nuestra fe (cfr. Jn. 15, 26-27)”. Luego, los Padres Sinodales recuerdan cómo concluyen las Sagradas Escrituras con “el grito común del Espíritu y de la Esposa: «Ven Señor Jesús» (cfr. Ap. 22, 17. 20)”.

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Proposición 6: Lectura patrística de la Escritura

Los Padres Sinodales afirman que “para la interpretación del texto bíblico no se debe omitir la lectura patrística de la Escritura, que distingue dos sentidos: literal y espiritual”.

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Proposición 7: Unidad entre Palabra de Dios y Eucaristía

El Sínodo llama a “superar la dicotomía entre las dos realidades [Palabra de Dios y Eucaristía] que, con frecuencia, está presente en la reflexión teológica y en la pastoral”. Además, “los Padres sinodales desean que se promueva una reflexión teológica sobre la sacramentalidad de la Palabra de Dios. Sin el reconocimiento de la presencia real del Señor en la Eucaristía, la inteligencia de la Escritura permanece incompleta”.

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Proposición 8: Palabra de reconciliación y conversión

El Sínodo afirma que “la importancia de la Palabra de Dios en los sacramentos de curación (penitencia y unción) debe ser acentuada. La Iglesia debe ser la comunidad que, reconciliada por la Palabra que es Jesucristo (cfr. Ef. 2, 14-18; Col. 1, 22), ofrece a todos un espacio de reconciliación, de misericordia y de perdón”. Los Padres manifiestan que, especialmente en los conflictivos tiempos actuales, “en fidelidad a la obra de reconciliación realizada por Dios en Jesús, los católicos deben esforzarse en dar ejemplo de reconciliación… buscando construir una sociedad justa y pacífica”.

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Proposición 9: Encuentro con la Palabra en la lectura de las Sagradas Escrituras

Luego de proponer con fuerza a los fieles la lectura y escucha de las Sagradas Escrituras, los Padres Sinodales manifiestan el deseo de que “de esta Asamblea surja una nueva etapa de mayor amor por la Escritura en todos los miembros del Pueblo de Dios” y “que cada fiel pueda poseer personalmente la Biblia (cfr. Deut. 17, 18-20) y goce de los beneficios de la especial indulgencia ligada a la lectura de la Escritura (cfr. Indulgentiarum Doctrina, 30)”.

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Proposición 10: El Antiguo Testamento en la Biblia cristiana

Afirman los Padres Sinodales: “deseamos que, en la predicación y en la catequesis, se tengan debidamente en cuenta las páginas del Antiguo Testamento, explicándolas adecuadamente en el contexto de la historia de la salvación y se ayude al Pueblo de Dios a apreciarlas a la luz de la fe en Jesús Señor”.

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Proposición 11: Palabra de Dios y caridad hacia los pobres

Los Padres Sinodales afirman que “la Palabra de Dios, acogida con disponibilidad, genera abundantemente en la Iglesia la caridad y la justicia hacia todos, especialmente hacia los pobres”. Citando la enseñanza de la Encíclica papal Deus Caritas est, continúan diciendo que “los primeros que tienen derecho al anuncio del Evangelio son precisamente los pobres, necesitados no sólo de pan sino también de palabras de vida […] Los pastores están llamados a escucharlos, aprender de ellos, guiarlos en su fe y motivarlos a ser artífices de la propia historia. Los diáconos, encargados del servicio de la caridad, tienen una responsabilidad particular en este ámbito”.

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Proposición 12: Inspiración y verdad de la Biblia

El Sínodo propone “que la Congregación para la Doctrina de la Fe clarifique los conceptos de inspiración y de verdad de la Biblia así como su relación recíproca, de manera que se haga entender mejor la enseñanza de Dei Verbum 11”. También mencionan la necesidad de resaltar la originalidad, en este aspecto, de la hermenéutica bíblica católica.

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Proposición 13: Palabra de Dios y Ley natural

El Sínodo, a la luz de la enseñanza de la Escritura, afirma que “es bueno reafirmar que la ley natural está escrita en lo profundo del corazón de cada persona y cada uno puede tener acceso a ella”. Luego prosigue: “nutriéndose de la Palabra de Dios, el conocimiento de la ley natural aumenta y permite el progreso de la conciencia moral. El Sínodo, por tanto, recomienda a todos los Pastores tener una particular solicitud para que los ministros de la Palabra sean sensibles al redescubrimiento de la ley natural y a su función en la formación de las conciencias”.

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Segunda parte: La Palabra de Dios en la vida de la Iglesia


Proposición 14: Palabra de Dios y Liturgia

Los Padres Sinodales afirman que “la Liturgia constituye el lugar privilegiado en el que la Palabra de Dios se expresa plenamente” y que “el misterio de salvación narrado en la Sagrada Escritura encuentra en la Liturgia el propio lugar de anuncio, escucha y realización”. Por eso piden que:

- El libro de la Sagrada Escritura, incluso fuera de la acción litúrgica, tenga un puesto visible y de honor en el interior de la iglesia.


- Se anime al uso del silencio después de la primera y la segunda lecturas, y terminada la homilía.


- Se pueden prever también celebraciones de la Palabra de Dios centradas en las lecturas dominicales.


- Las lecturas de la Escritura sean proclamadas utilizando libros litúrgicos dignos que serán tratados con el más profundo respeto.


- Se valorice el Evangeliario con una procesión precedente a la proclamación, sobre todo en las solemnidades.


- Se ponga en evidencia el rol de los servidores de la proclamación: lectores y cantores.


- Sean formados adecuadamente los lectores y lectoras de modo que puedan proclamar la Palabra de Dios en forma clara y comprensible, al mismo tiempo que son invitados a estudiar y testimoniar con la vida aquello que leen.


- Se proclame la Palabra de Dios en forma clara, teniendo familiaridad con la dinámica de la comunicación.


- No sean olvidadas aquellas personas para las cuales es difícil la recepción de la Palabra de Dios, como aquellos que tienen dificultades visuales y auditivas.


- Se haga un uso competente de los instrumentos acústicos.


Finalmente se recuerda “la grave responsabilidad que tienen quienes presiden la Santa Eucaristía para que nunca sean sustituidos los textos de la Sagrada Escritura con otros textos”.

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Proposición 15: Actualización homilética y “Directorio sobre la homilía”

Luego de explicar el valor de la homilía, el Sínodo afirma que “debería haber homilía en todas las Misas cum populo, incluso durante la semana. Es necesario que los predicadores (obispos, sacerdotes, diáconos) se preparen en la oración para predicar con convicción y pasión”. Además, “la homilía debe estar nutrida de doctrina y transmitir la enseñanza de la Iglesia para fortificar la fe, llamar a la conversión en el marco de la celebración y preparar a la realización del misterio pascual eucarístico”. Por último, en continuidad con Sacramentum Caritatis, los Padres Sinodales desean “un Directorio sobre la homilía que debería exponer, junto a los principios de la homilética y del arte de la comunicación, el contenido de los temas bíblicos que se presentan en los leccionarios en uso”.

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Proposición 16: Leccionario

Se recomienda “un examen del Leccionario romano para ver si la actual selección y ordenación de las lecturas es verdaderamente adecuada a la misión de la Iglesia en este momento histórico. En particular, el vínculo de la lectura del Antiguo Testamento con la perícopa evangélica debería ser reconsiderado de modo que no implique una lectura demasiado restrictiva del Antiguo Testamento o la exclusión de algunos pasajes importantes”. Por otro lado, se desea que se examine el problema del Leccionario en las liturgias orientales católicas.

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Proposición 17: Ministerio de la Palabra y mujeres

Luego de reconocer y animar “el servicio de los laicos en la transmisión de fe”y especialmente de las mujeres, quienes tienen “un rol indispensable sobre todo en la familia y en la catequesis”, los Padres Sinodales manifiestan el deseo de que “el ministerio del lectorado se abra también a las mujeres de modo que, en la comunidad cristiana, sea reconocido su rol de anunciadoras de la Palabra”.

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Proposición 18: Celebraciones de la Palabra de Dios

Los Padres Sinodales afirman que “la celebración de la Palabra es uno de los lugares privilegiados de encuentro con el Señor” y recomiendan que se formulen rituales para estas celebraciones, “basándose en la experiencia de las Iglesias en las cuales los catequistas formados conducen habitualmente las asambleas dominicales en torno a la Palabra de Dios. Su objetivo será evitar que estas celebraciones sean confundidas con la Liturgia Eucarística”. Finalmente, también piden que “las peregrinaciones, las fiestas, las diversas formas de piedad popular, las misiones, los retiros espirituales y días especiales de penitencia, reparación y perdón, sean una oportunidad concreta ofrecida a los fieles para celebrar la Palabra de Dios e incrementar su conocimiento”.

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Proposición 19: Liturgia de las Horas

El Sínodo considera que “La Liturgia de las Horas es una forma privilegiada de escucha de la Palabra de Dios porque pone a los fieles en contacto con la Sagrada Escritura y con la Tradición viva de la Iglesia”. Por eso, se manifiesta el deseo de que los fieles participen en su celebración, sobre todo en Laudes y Vísperas, para lo cual “sería útil elaborar una forma simple”.

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Proposición 20: Palabra de Dios, matrimonio y familia

El Sínodo recuerda que la Palabra de Dios está en el origen del Matrimonio y que los esposos son, para sus hijos, los primeros anunciadores de la Palabra de Dios. Por eso, “es necesario sostenerlos y ayudarlos a desarrollar la oración en familia, la celebración doméstica de la Palabra, la lectura de la Biblia u otras formas de oración” y recordarles que “la Palabra de Dios es un precioso apoyo también en las dificultades de la vida conyugal y familiar”.

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Proposición 21: Palabra de Dios y comunidades pequeñas

“El Sínodo recomienda la formación de pequeñas comunidades eclesiales donde sea escuchada, estudiada y orada la Palabra de Dios, también en la forma del Rosario como meditación bíblica”. En este contexto, los Padres Sinodales recuerdan que este tipo de comunidades ya existe en muchos países y que suelen estar formados por familias, o radicados en las parroquias, o ligados a los nuevos movimientos eclesiales. Refiriéndose a aquellos lugares donde sólo raramente puede ser celebrada la Eucaristía, afirman que “el servicio de los laicos que guían estas comunidades debe ser estimado y promovido porque ellos prestan un servicio misionero, al cual están llamados todos los bautizados”.

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Proposición 22: Palabra de Dios y lectura orante

“El Sínodo propone que se exhorte a todos los fieles, incluidos los jóvenes, a acercarse a las Escrituras por medio de una lectura orante y asidua (cfr. DV 25), de modo que el diálogo con Dios se convierta en una realidad cotidiana del pueblo de Dios”. Por eso, los Padres Sinodales consideran importante:


- que la lectura orante se una con el ejemplo de María y de los Santos en la historia de la Iglesia;


- que se recurra a los maestros en la materia;


- que se asegure que los Pastores, sacerdotes y diáconos, y muy especialmente los futuros sacerdotes, tengan una formación adecuada para poder, a su vez, formar en este aspecto al pueblo de Dios;


- que los fieles sean iniciados en el método más apropiado de lectura orante, personal y/o comunitaria;


- que sea animada la práctica de la lectura orante realizada con los textos litúrgicos que la Iglesia propone para la celebración eucarística dominical y diaria;


- que se vigile para que la lectura orante de las Escrituras, especialmente la comunitaria, desemboque en un compromiso de caridad (cfr. Lc. 4, 18-19).

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Proposición 23: Catequesis y Sagrada Escritura

La proposición comienza afirmando que “la catequesis debe tener sus raíces preferiblemente en la revelación cristiana”, proponiendo como modelo la pedagogía de Jesús en el camino de Emaús. Los Padres Sinodales sostienen también que “el catecumenado pre-bautismal debe ser seguido de una mistagogia post-bautismal, una formación continuada en la cual la Sagrada Escritura y el Catecismo de Iglesia Católica deben ocupar el puesto central”.

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Proposición 24: Palabra de Dios y vida consagrada

Teniendo en cuenta que “la vida consagrada nace de la escucha de la Palabra de Dios y acoge el Evangelio como su norma de vida”, el Sínodo “agradece a las personas consagradas por su testimonio del Evangelio y por su disponibilidad para proclamarlo en las fronteras geográficas y culturales de la misión a través de sus diversos servicios carismáticos y, al mismo tiempo, los exhorta a cuidar de los espacios personales y comunitarios de escucha de la Palabra de Dios y a promover escuelas de oración bíblica abiertas a los laicos, sobre todo a los jóvenes”. Por último, se recuerda que “en la vida contemplativa, la Palabra es escuchada, orada y celebrada. Por lo tanto, se debe vigilar que estas comunidades reciban la formación bíblica y teológica adecuada a su vida y misión”.

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Proposición 25: Necesidad de dos niveles en la investigación exegética

En esta proposición, que retoma los puntos fundamentales de la intervención de Benedicto XVI en la asamblea, se afirma que “la hermenéutica bíblica no puede ser considerara completa si –junto al estudio histórico de los textos– no investiga también, de un modo adecuado, su dimensión teológica… «Sólo donde son observados los dos niveles metodológicos, el histórico-crítico y el teológico, se puede hablar de una exégesis teológica, una exégesis adecuada a este Libro»”.

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Proposición 26: Ampliar las perspectivas del estudio exegético actual

Los Padres Sinodales afirman que “mientras la actual exégesis académica, también católica, trabaja en un altísimo nivel en lo que respecta a la metodología histórico–crítica… no se podría decir lo mismo acerca del estudio de la dimensión teológica de los textos bíblicos. Lamentablemente, el nivel teológico indicado por los tres elementos de DV 12 muy a menudo se manifiesta casi ausente”. Por lo que “piden a todos un mayor esfuerzo para que se alcance con más fuerza y claridad el nivel teológico de la interpretación bíblica”, tratando de aplicar con mayor cuidado los principios indicados por la misma Dei Verbum.

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Proposición 27: Superar el dualismo entre exégesis y teología

El Sínodo afirma con Benedicto XVI que, para la vida y la misión de la Iglesia y para el futuro de la fe, “es necesario superar el dualismo entre exégesis y teología”. Luego, reconoce que “una consecuencia preocupante es la falta de certeza y la poca solidez en el camino formativo intelectual también de algunos futuros candidatos al ministerio eclesiástico. La teología bíblica y la teología sistemática son dos dimensiones de aquella realidad única que llamamos teología”. Los Padres dirigen un llamado a los teólogos y exégetas a fin de que no reduzcan el estudio de las Escrituras a la mera relevación de la dimensión historiográfica de los textos inspirados. Concluyen citando una vez más la intervención del Papa: “Cuando la exégesis no es teología, la Escritura no puede ser el alma de la teología y, al revés, cuando la teología no es esencialmente interpretación de la Escritura en la Iglesia, esta teología ya no tiene fundamento”.

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Proposición 28: Diálogo entre exégetas, teólogos y pastores

En esta proposición, “se pide a las Conferencias Episcopales favorecer con regularidad encuentros entre los pastores, los teólogos y los exégetas con el fin de promover una mayor comunión en el servicio a la Palabra de Dios”, compartiendo siempre mejor los frutos de su ciencia para el crecimiento de la fe y la edificación del Pueblo de Dios.

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Traducción y elaboración: La Buhardilla de Jerónimo

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