jueves, 3 de julio de 2008

La pasión enardecida de un luchador

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paulus

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Tomado de “Dios y el mundo. Una conversación con Peter Seewald”, de Joseph Ratzinger.

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P. Seewald: Analicemos con más atención a este hombre. Pablo, nacido Saulo alrededor del año 10 d.C., recibió de su padre la severa tradición familiar farisaica. Se dice que ardía de odio y sed de sangre contra los primeros cristianos, hasta que una visión en una de sus cacerías humanas ante Damasco provocó la conversión de Saulo en Pablo. A continuación, se marchó durante nueve años a la soledad del desierto para prepararse para su nueva misión. Para el hijo de un fariseo fue un misterio inconcebible que precisamente él fuese llamado a ser el “maestro de los gentiles”, según sus propias palabras.

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J. Ratzinger: Es extraordinario. Él era de hecho un fariseo entusiasta y fanático. En cierto modo respondía a su ardor religioso ser un defensor apasionado de sus ideas. El concepto de defensor apasionado juega un gran papel en la tradición del Antiguo Testamento. La palabra celote, que significa “fanático”, también estaba llena de un contenido especial. Así pues, Pablo era uno de esos fanáticos. Él pretendía satisfacer de ese modo la exigencia integral de su fe, y casi es arrojado fuera del camino y transformado por la llamada del Resucitado.

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En esa visión, Pablo escucha la voz del Resucitado. Puede decir así que él mismo se encontró otra vez con el Resucitado, que recibió a través del propio Resucitado la llamada, la vocación y las instrucciones. En ese sentido, él se siente de igual rango que los doce apóstoles. Y, evidentemente, desde el principio consideró que su misión era llevar ese mensaje a los gentiles. Con él entró al servicio de Jesucristo una personalidad en verdad formidable, sin la cual la Iglesia de los gentiles sería inimaginable.

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P. Seewald: Pablo fue de país en país, aunque su destino no siempre le hizo feliz. “El Espíritu Santo me manifiesta de ciudad en ciudad”, anotó una vez, “que me esperan cadenas y tormentos”. Fue encarcelado, naufragó en alta mar, y llegó a Roma, donde fue decapitado por el emperador Nerón en el año 67. Debió ser de un espíritu luchador. En cierta ocasión, un sumo sacerdote se quejó: “Este hombre es una peste”. Y el príncipe de los apóstoles contraatacó, muy tranquilo: “Dios te golpeará, sepulcro blanqueado”.

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Pero después hacía tantos milagros que incluso colocaban sus sudaderos y pañuelos sobre los enfermos para curarlos. En una ocasión, se hace rapar la cabeza por una promesa; en otra, ordena, irritado, que el espíritu de la profecía abandone a una mujer que lleva días persiguiéndole. Después, Pablo fue encarcelado, lo que es muy comprensible. Pues los anteriores clientes de la mujer no se quedaron muy contentos de no obtener ya más vaticinios.

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J. Ratzinger: Usted ha esbozado la vida aventurera de este gran misionero. Sus epístolas no son para nada escritos apostólicos equilibrados y pedagógicos, sino que están inspiradas por un temperamento muy personal. En ellas late la pasión enardecida de un luchador. También nos cuentan todo lo que le ha sucedido. Que es arrojado a las fieras en el circo; que es encarcelado; que recibe varias veces el castigo judío de los treinta y nueve golpes; que es asaltado por los ladrones; que tiene que padecer por amigos y enemigos; que sufre un naufragio, flota en alta mar y muchas peripecias más. Así que es difícil imaginarse una vida más aventurera y humana.

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seewald ratzinger

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P. Seewald: Sin embargo, a veces Pablo se siente desorientado. Cuando llega a Éfeso pregunta a los discípulos: “¿Habéis recibido el Espíritu Santo?”. Y le responden: “Ni siquiera habíamos oído que existiera el Espíritu Santo”.

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J. Ratzinger: Lógicamente él tiene que preguntar primero por la situación de los cristianos que encuentra al llegar a una comunidad. A juzgar por sus dotes humanas, podía parecer en muchos aspectos poco adecuado para su magna tarea. Él dice de sí mismo: “Sabéis que carezco de talento para la oratoria; no soy buen orador”; y también dicen de él que “en sus epístolas es impetuoso, pero cuando llega es muy suave”…

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P. Seewald: …una vez incluso se durmió uno de sus oyentes…

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J. Ratzinger: …sí, y se cayó por la ventana. Bueno, esto por un lado. Él dice: “Yo no tengo demasiado talento para la oratoria, pero sí fuerza”. Se refiere al poder de Jesucristo que también se tradujo en hechos milagrosos. Evidentemente, poseía el don de dar en el momento adecuado una señal verdadera de la presencia del Todopoderoso, de nuestro Señor Jesucristo mismo, y de este modo de acreditarse como aquel que le pertenece. No actuaba su propio talento, sino la verdad a la que él obedecía.

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P. Seewald: Se dice que Pedro también se remitía continuamente en sus circulares a las epístolas de San Pablo. ¿Qué relación mantenían ambos?

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J. Ratzinger: Está claro que había tensiones entre ellos. La Sagrada Escritura incluye dos cartas de san Pedro, aunque los eruditos rechazan la segunda y la fechan mucho más tarde, atribuyéndola a su escuela. Sea como fuere, esta segunda carta de Pedro, que pretendía continuar su legado (y que ha sido acogida en el canon con ese propósito), se refiere al uso y abuso de Pablo. En ella se dice: “Nuestro hermano Pablo ha escrito muchas cosas que en parte son difíciles de entender, y que también son malinterpretadas”. Pedro exige entonces vincular la interpretación del escrito a la Iglesia. Es decir, que en esa segunda carta de Pedro encontramos tanto el gesto de respeto ante el hermano Pablo, al que reconoce como su gran maestro, como también la advertencia de que se puede abusar y malinterpretar a ese Pablo.

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2 Comentarios:

Anónimo ha dicho

El Papa cambiará el MIsal Novus Ordo:
-la consagración en latín,
-la paz entes del ofertorio
-fórmulas en latín para los otros sacramentos.
Ver http://dagospia.excite.it/articolo_index_41774.html

Una contribución de Bárbara

Antonio ha dicho

Muchas gracias Bárbara por el link.
He leído la noticia, que se presenta como un rumor. Sabemos que el Papa insiste en la "hermenéutica de la continuidad" y en tratar de recordarnos a todos los católicos que la Iglesia no nació ayer ni hace 40 años.
Recemos porque pueda llevar a buen término todas sus iniciativas.